Siete años de excelencia
De los más de 1.200 eventos que el Palacio de Congresos de Valencia ha albergado a lo largo de estos primeros 7 años resulta difícil encontrar a dos de ellos que hayan tenido exactamente las mismas necesidades organizativas. Por ello, desde la propia concepción...
De los más de 1.200 eventos que el Palacio de Congresos de Valencia ha albergado a lo largo de estos primeros 7 años resulta difícil encontrar a dos de ellos que hayan tenido exactamente las mismas necesidades organizativas.
Por ello, desde la propia concepción arquitectónica hasta la cultura empresarial, todo en el Palacio está orientado hacia la satisfacción de un mercado muy diverso. Antes del nacimiento mismo del proyecto se tuvo claro, como ya afirmaba José Salinas en el número 25 de la Revista Valenciana d´Estudis Autonòmics en 1998, que el Palacio de Congresos había de venir a cubrir la demanda proveniente de un espectacular incremento mundial en la celebración de eventos de todo tipo, que hasta entonces sólo el Palau de la Música había podido atender, pese a alejarse este aspecto de sus fines.
Desde entonces, el Palacio de Congresos ha atravesado básicamente dos etapas. El objetivo de la primera de ellas fue iniciar la actividad y consolidar su programación, posicionándose en el mercado internacional.
Fue una etapa de duro esfuerzo que se vio reconocida con el premio al Mejor Palacio de Congresos de España, otorgado por la Federación de Organizadores de Profesionales en Congresos. En la segunda fase los esfuerzos se han concentrado en alcanzar y mantener la autofinanciación de la actividad.
Actualmente la oferta del Palacio de Congresos está perfectamente consolidada en el panorama internacional, siendo buscada por los organizadores de eventos que, por su gran volumen o por sus altos requerimientos de calidad, necesitan contar con una organización altamente preparada y capaz de adaptarse a cualquier necesidad, y con espacios para usos que van desde la conferencia hasta la exposición comercial. Así, el alto índice de satisfacción de organizadores y asistentes a congresos y eventos por la integración de los servicios y la calidad de los mismos ha permitido extender rápidamente el prestigio del Palacio como uno de los centros de reuniones y congresos de mayor importancia y proyección de Europa.
Durante estos años, el Palacio de Congresos ha atendido a más de 800.000 visitantes, el 50 % de ellos provenientes del extranjero o de otras regiones españolas, cuyo impacto económico, según datos del Instituto Valenciano de Investigación Económica (IVIE), se cifra en torno a los 288 millones de euros ya que, entre otras razones, según el propio Instituto, el gasto medio que realiza en la ciudad el turista de congresos es hasta tres superior al del turista de ocio vacacional.
La versatilidad del Palacio de Congresos de Valencia puede verse fácilmente a través del tipo de eventos albergados desde su inauguración que van desde presentaciones comerciales y de novedades científicas, hasta rodaje de spots publicitarios, pasando por la celebración de multitudinarios conciertos o espectáculos como la obra Todo por que rías, de Les Luthiers, y castings como el del programa Operación Triunfo, así como, por supuesto, conferencias, jornadas, encuentros, convenciones de empresa, y grandes congresos.
De entre estos grandes eventos cabe destacar el Foro Mundial de Mujeres Contra la Violencia en 2000, en el que se dieron cita más de 1.000 mujeres provenientes de 100 países. Al año siguiente, en 2001, el Banco Africano del Desarrollo, celebró su Asamblea Mundial, donde 1.500 asistentes debatieron las características y necesidades del desarrollo y las diversas iniciativas contra la pobreza. En 2002 fue la Conferencia Internacional de Ministros y Secretarios de Estado de Seguridad Social de Europa y América Latina uno de los eventos que focalizó durante unos días la atención mundial sobre el Palacio de Congresos de Valencia, bajo la dirección académica de CIESS (Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social). Nuevas iniciativas de importante repercusión social vieron la luz también en el Palacio, como el primer Congreso Internacional sobre Mujer y Discapacidad, celebrado en 2003 con motivo del Año Europeo de la Discapacidad, donde se expusieron diferentes iniciativas para mejorar la calidad de vida de las mujeres discapacitadas. Gracias, entre otras cosas, a la ausencia absoluta de barreras arquitectónicas, más de 1.000 personas pudieron asistir cómodamente a este congreso. En 2004 destacó, por encima de otros encuentros, el II Congreso Internacional de Directivos (CEDE), en el que notables personalidades del panorama económico mundial analizaron el impacto de la ampliación de la UE desde una perspectiva empresarial, social y ética.