Publicado el: 1 de mayo de 2008Categorías: Sin categorizar

Valencia, capital de la
solidaridad internacional

¿Qué diferencias existen entre el movimiento de voluntariado corporativo americano y europeo?

En Estados Unidos hay una cultura más fuerte que en Europa. Allí ser voluntario es habitual. La figura del voluntariado está más enraizada y eso hace que las empresas...

¿Qué diferencias existen entre el movimiento de voluntariado corporativo americano y europeo?

En Estados Unidos hay una cultura más fuerte que en Europa. Allí ser voluntario es habitual. La figura del voluntariado está más enraizada y eso hace que las empresas lo internalicen desde hace más tiempo. En Europa la cultura es más de organización social, la raíz es distinta.

Hoy es fácil colgarse la etiqueta de empresa comprometida. ¿Es posible medir ese compromiso?

Existen estándares mundiales de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), como el Pacto Global, el GRI, el próximo ISO 26.000 que permitirá medir la responsabilidad social de las empresas a partir de 2010? En cualquier caso, se trata de estándares emergentes. Lo que sí he podido comprobar personalmente a través de un estudio es que los trabajadores voluntarios se implican hasta un 20% más con la empresa que los que no lo son.

Usted afirma en su ponencia que entiende la RSE como una visión de negocio. ¿Cuáles son los beneficios que puede aportar a una empresa?
Sustentabilidad (estabilidad) y competitividad. Los mercados requieren empresas flexibles, adaptables. La RSE te da precisamente la oportunidad de conocer bien el entorno o la comunidad donde se ubica la empresa. Se producen menos asimetrías de información, lo que las convierte en empresas más flexibles.

De un tiempo acá, parece que hay un mayor interés por practicar la RSE. ¿Cuál es el motivo?

Hasta ahora, la empresa consideraba a los accionistas y, en ocasiones, a los trabajadores. Hoy en día actores como la comunidad, el medio ambiente, la sociedad, los trabajadores? ejercen una presión mayor en los negocios.
La empresa es más receptiva porque la RSE es la herramienta que le permite entablar diálogo con estos actores. Uno de los desafíos consiste en que ésta sea practicada por el resto de empresas y no sólo por las multinacionales.

Para Latinoamérica es un referente. Aquí (en España) suceden cosas que luego se replican, sobre todo en temas sociales. En voluntariado
corporativo, los principales ejemplos son programas de filiales de compañías españolas, como Movistar, Endesa o Santander. Estas empresas han creado escuela.

¿Cree necesaria la profesionalización del voluntariado?

Es un tema en discusión. Quizás los líderes sí, pero hasta un cierto nivel. No conviene hacerlo completamente. La dinámica del voluntariado tiene
un auge y un descenso, se nutre continuamente. Hay que dejar paso a otros voluntarios.

¿Cuál es la evolución de la RSE?

Surge de manera espontánea, en la primera parte del siglo XX. Son impulsos filantrópicos sin estrategia y la RSE todavía no está presente. La
segunda fase es la del complemento extranjero, lo que nos llega por parte de las multinacionales a través de sus filiales. El concepto de voluntariado
corporativo empieza a ser una realidad, aunque reservado tan sólo a las multinacionales.

La tercera fase es la de desarrollo propio. La RSE se propaga y las empresas nacionales, medianas e incluso algunas pymes empiezan a tener su
voluntariado. En estos momentos estamos comenzando la fase de expansión de la RSE. En Chile, el 45% de los trabajadores que hacen voluntariado lo hacen en formato corporativo.

«Mano a Mano» surge a iniciativa de los empleados de la compañía. ¿Cómo se creó?

Mano a Mano nace en 1994 para dar sentido a los espacios que quedan sin llenar en las maletas de tripulante, huecos de las bodegas y en los asientos vacíos. Para dar sentido también al vacío emocional. Empezamos enviando material escolar, sanitario y juegos. En un principio la gente mandaba ayuda puntual, hasta que después de dos años de baja decido unir sinergias. En realidad, el voluntariado corporativo va creando redes dentro de redes. Así es como nació y creció Mano a Mano. Es también una forma de optimizar recursos de la compañía.

¿Con qué ayudas cuentan? ¿Qué fue lo más complicado?

Tenemos las ayudas económicas de los socios, que son cerca de 500, subvenciones y la ayuda de Iberia. Recuerdo que enviamos un avión con 60.000 kgs de ayuda humanitaria y lo importante quizás no fuera la cantidad. A veces el problema es que no hay aviones disponibles. Iberia también ayuda con billetes para niños que traemos a operar, así como con la disponibilidad de destinos ?como es mi caso- y organiza una tómbola benéfica y nos entrega el dinero que se recoge. Lo más complicado al principio fue que te escucharan. Enamorar a la gente del proyecto fue sin duda el primer reto. Ahora el tema está de moda y podemos aprovecharnos de ello. Somos 25.200 empleados y prácticamente colaboramos todos. El presidente de la compañía es presidente honorífico. Esto es importante, porque tengo claro es que si queremos cambiar el mundo, tenemos que hacerlo a través de las emociones.

¿Existe un perfil de voluntariado?

No. Desde donde estés, tienes que ver cómo ayudar y creértelo. Si los empleados se lo creen, podemos. Lo cierto es que se puede actuar desde
cualquier ámbito. La clave está en creérselo. Si quieres y tienes la posibilidad, entonces crees. De alguna manera, nosotros hemos reinventado el voluntariado corporativo.

¿Cuáles son los retos o desafíos del voluntariado corporativo?

Que no se quede para engrosar las memorias corporativas, que creemos una catarsis de empleados y empresa. Si tenemos la posibilidad de cambiar nosotros, podemos tratar de cambiar el mundo.

Se habla mucho de la responsabilidad social de las empresas, pero el trabajador también la tiene. ¿Qué iniciativas pueden tomar los trabajadores para comprometerse con el entorno y ayudar a una causa social?

Lo importante es pensar qué puedes hacer, cuestionártelo y pasar a la acción. A veces estamos desmotivados. Creo que la falta de tiempo no es una excusa, hay que reaprender desde el destiempo a ayudar. Además, cuando ayudas, al primero que ayudas es a ti. Yo siempre digo que el altruismo empieza por ti mismo.

A través de su experiencia con «Mano a Mano» en diferentes rincones del mundo, ¿Qué países ha notado que tienen un mayor interés por el tema?

Todos, cada uno desde su óptica. Si vas con humildad enganchas. Somos una de las pocas asociaciones reconocidas en Cuba, quizás porque
no vamos juzgando. Llevamos medicinas que no les llegan por otras vías.

¿Qué beneficios reporta la RSC para una empresa como Iberia?

Muchos, entre otros su imagen. Iberia ha recibido multitud de premios, como por ejemplo el premio Empresa y Sociedad. Es cierto que tiene a su vez muchas facilidades para ser solidaria.